Ok

En poursuivant votre navigation sur ce site, vous acceptez l'utilisation de cookies. Ces derniers assurent le bon fonctionnement de nos services. En savoir plus.

Révolutions Arabes - Page 142

  • Sáhara: 40 años de un gobierno entre el exilio y la diáspora (Pùblico)

    Manifestación frente al muro.
     
     
    La presse espagnole fournit plus d'informations sur le Sahara Occidental. Ici le choix du régime monarchiste absolu marocain entraîne un certain nombre de silences! (note du Blog)
     
     

    El 27 de febrero de 1976, el pueblo del Sáhara cavó su trinchera de resistencia política proclamando la República Árabe Saharaui Independiente (RASD). Tres generaciones de habitantes del desierto relatan, cuatro décadas después, temores y anhelos de una lucha prolongada más tiempo del esperado.

    MADRID.- Jatri llegó con el aliento contenido a Bir Lehlu, tras un largo viaje, para asistir al acontecimiento político más importante de su pueblo. Trabajaba de periodista en la radio de Argel, en 1976, y aquel 27 de febrero no sólo le movía el interés por informar, sino por ser testigo del nacimiento de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD): un gobierno alumbrado en el exilio a eso de las doce de la noche y abrigado por la oscuridad del desierto más hostil, entre su tierra, ya invadida por Marruecos, y Argelia.

    En esa zona que hoy el Frente Polisario [representante político del pueblo del Sáhara] denomina “territorios liberados”, se firmó la proclamación de independencia de la RASD, mientras los allí presentes observaban el episodio con un ojo puesto en el cielo, en alerta para esquivar los bombardeos de la aviación marroquí. “Eran momentos difíciles, de sufrimiento en plena invasión”, recuerda Jatri Aduh en conversaciones telefónicas con Público desde los campamentos de refugiados, en Tinduf (Argelia), donde esta semana se celebran diferentes actos para conmemorar el aniversario.

    Este saharaui de 61 años es el actual presidente del Parlamento de la RASD y del Consejo Nacional. Reside en los asentamientos de desplazados de la ‘hamada’, un trozo de desierto pedregoso que el gobierno argelino cedió a quienes huyeron de la guerra. El conflicto bélico estalló en noviembre de 1975, cuando España abandonó el Sáhara Occidental cediéndolo a Marruecos y a Mauritania. El Frente Polisario se resistió y reclamó su derecho a la autodeterminación. Mauritania renunció a sus pretensiones anexionistas, pero el reino de Hassán II continuó bombardeando la zona, en ocasiones, con napalm y fósforo blanco. El resultado: 16 años de hostilidades que finalizaron con el alto el fuego auspiciado por Naciones Unidas en 1991, cientos de víctimas y una cuestión de soberanía aún por resolver.

    Pero en febrero de 1976 se abrió una puerta a la esperanza. Los primeros campamentos de refugiados del Sáhara se instalaron, de forma precaria, en el área de tránsito de las tierras liberadas. “Se trataba de garantizar la supervivencia y organizar la vida entre el hostigamiento de la aviación marroquí en Tifariti, Bir Lehlu y otros lugares. Era una zona expuesta a la guerra”, enfatiza Aduh.

    Con todo, la idea de recuperar su territorio les daba aliento. “Se trataba de la vida y la muerte de personas pero también de la vida y la muerte de toda una causa”, advierte el político saharaui. Por ello, a la hora de planificar la vida en el exilio, no sólo se centraron en hacer frente a la invasión del territorio. También buscaron que no se desnaturalizara el conflicto ante la propaganda enemiga. “Después del abandono de España, se quiso demostrar que esto no se trataba de una cuestión de descolonización, ni de territorio autónomo ni de un pueblo que tiene derecho a ejercer su autodeterminación”, lamenta Aduh. “No estaba en nuestra voluntad vivir ese destino”, remacha.

    Saharauis con DNI español

    Al igual que Jatri Aduh, los saharauis que pudieron salir de su territorio tras la Marcha Verde [la invasión organizada por el rey marroquí en noviembre de 1975, poco antes de estallar la guerra] conservan su documento de identidad español como residentes de la 53 provincia española, zona que el franquismo nunca llegó a descolonizar. “Eso demuestra la envergadura de la responsabilidad de los distintos gobiernos de España”, señala. En 2013, un equipo español de forenses y arqueólogos rescató de una fosa común los cuerpos de ocho pastores. Tres de ellos llevaban encima sus DNI españoles. “Todos los saharauis que figuran en el censo de 1974, el ultimo que hizo España, llevaban la documentación y la nacionalidad española. También las víctimas de la exterminación física por parte del ejército marroquí”, apunta Aduh.

    Pese a los 40 años de vida en el exilio, el presidente del Parlamento del Sáhara no teme que su pueblo se haya habituado a la vida en los campamentos hasta el punto de abandonar la lucha. “No se trata de refugiados víctimas de cualquier otro género que no sea la invasión de su territorio. Estamos aquí para seguir resistiendo. Y la forma de resistir en los campamentos durante 40 años, con temperaturas extremas, con escasez de medios y en un territorio tan inhóspito es una manera de demostrar el rechazo de la invasión y la determinación de seguir luchando”, sentencia. “La gente que tuvo la posibilidad de salir del Sáhara Occidental lo hizo para no vivir bajo la ocupación marroquí; y aún se mantiene esa voluntad”, añade.

    La mujer saharaui, clave en la organización de los desplazados

    Tras la proclamación de la RASD, comenzó la construcción de la administración civil del gobierno en el exilio, una tarea que lideraron las primeras refugiadas. Ellas trasladaron a niños y ancianos por el desierto hasta Argelia durante un penoso éxodo de tres meses caminando de noche, y escondiéndose por el día para evitar los ataques del ejército de Marruecos. Jira Bulahi (El Aaiún, 1965) recuerda el momento en que recibieron una partida de leche. “Era un día precioso; la gente estaba en el reparto y de pronto nos asustó un ruido que ya conocíamos, el que hace un regimiento militar al acercarse. Al día siguiente, a las seis de la mañana cayeron bombas del cielo”, deplora.

     
    Mujeres saharauis en el campamento Bojador. J. BERIGISTAIN

    Mujeres saharauis en el campamento Bojador. J. BERIGISTAIN

    Jira Bulahi es la actual delegada del Frente Polisario en España, recién elegida en el cargo que ostenta, por primera vez, una mujer. Pertenece a la primera generación de jóvenes saharauis que escolarizó Argelia, en 1977. Ella continuó formándose en Cuba, donde estudió ingeniería electrónica.

    La política saharaui estaba a punto de cumplir los 10 años cuando estalló el conflicto, y mantiene vivos sus recuerdos. “Durante el éxodo, cuando querías beber agua no podías porque algunos pozos estaban envenenados”. A finales de febrero de 1976, concluyeron su viaje con las manos vacías. “Cada vez que llegabas a un lugar y te reponías luego tenías que huir con lo puesto. Algunos no tenían ni calzado”, detalla. La organización empezó en los comités por sector de actividad, presididos por mujeres. “Estaba el de alimentación, producción agrícola, artesanal, sanidad, educación y asuntos sociales. Y hasta hoy en día, el consejo de la Daira [equivalente a un ayuntamiento] está formado por unas 29 personas, y 27 de ellas son mujeres”, subraya.

    Celebraciones clandestinas en el Aaiún ocupado

    Una parte del pueblo del desierto vive dividido por el muro fortificado de más de 2.500 kilómetros levantado por Marruecos y sembrado de minas antipersona en sus alrededores. Como una cicatriz que marca la piel, esta construcción, custodiada por 180.000 soldados, es ya un símbolo del tormento sufrido. De un lado quedan los campamentos de refugiados. De otro, las ciudades ocupadas, donde estos días celebran a puerta cerrada el 27 de febrero.

    El pasado fin de semana, en una casa de El Aaiún, se organizaron unas charlas sobre el aniversario de la RASD. La policía marroquí rodeó la vivienda para impedir entrar a más invitados, boicoteando la iniciativa. El joven activista Hassanna Aalía ya no se sorprende cuando narra estos episodios. Residente en la capital del Sáhara Occidental hasta hace cuatro años, sabe de la persecución que sufren estos vecinos de las ciudades ocupadas. Él llegó a España para participar en un curso en 2012. Al poco, Marruecos abrió juicio contra 25 saharauis acusados de organizar el campamento de protesta pacífica Gdeim Izik, en octubre de 2010, y de la muerte de 11 militares. Hassanna Aalía fue uno de los acusados contra quienes se dictó cadena perpetua en un juicio militar plagado de irregularidades, según denunciaron los observadores internacionales allí presentes.

    Un ex soldado del Polisario señala una mina antipersona en las cercanías del muro levantado por Marruecos.

    Un ex soldado del Polisario señala una mina antipersona en las cercanías del muro levantado por Marruecos.

    Tras una primera denegación, por parte del Gobierno del PP, de su petición de asilo político, el activista de 27 años espera ahora que la Audiencia Nacional resuelva de forma favorable su recurso. “No sé hasta cuándo voy a seguir esperando. Es una situación complicada porque no puedo cruzar fronteras, ni estudiar, ni trabajar. Ya son cuatro años sin poder salir del estado español ni ver a mi familia, es un poco duro”, denuncia Aalía, defensor de la resistencia pacífica de su pueblo pese a las inquietudes que dominan a gente de su generación.

    “Hay jóvenes que se plantean volver a las armas porque ven que la comunidad internacional solo interviene en los conflictos en los que hay guerra”, analiza. “Esperemos no tener que llegar a esta situación; ya hemos perdido a muchas personas y no queremos sufrir más, pero se ve que los derechos humanos están por debajo de los intereses económicos, y es complejo. Ojalá algún día podamos reunirnos en nuestra tierra libre”, anhela.

    Más de 80 países, en su mayoría, de África y América Latina reconocen actualmente al gobierno de la RASD. El único estado europeo que apoyó en su parlamento la independencia del Sáhara, Suecia, revocó esta iniciativa el mes pasado después de que Marruecos bloqueara la apertura de una conocida tienda de muebles suecos en Casablanca.

    Con todo, la visión optimista impera en el mensaje de este pueblo que vive entre la ocupación, el exilio en el desierto y la diáspora. "Ahora somos mucho más fuertes que hace 40 años", resume Jatri Aduh.

    http://www.publico.es/internacional/sahara-40-anos-gobierno-exilio.html

  • Nouveautés sur Europe Solidaire Sans frontières

    syrian-refugees.jpg

     

     

  • Les rebelles d’Alep s’unissent, contre Assad, sous la bannière de Jaych Halab (Souria Houria)

     

    « Les Russes nous bombardent, mais ignorent que la guerre se joue dans la ville, dans les ruelles, dans les sous-sols, mais aussi dans les cœurs. »

    Les rebelles présents à Alep essayent tant bien que mal de redonner un nouveau souffle à leur dynamique. Une quinzaine de factions, dont la division 101 ou le groupement Faistaqam, sous la houlette de leaders charismatiques, se sont alliées pour mieux combattre leur ennemi commun : le président syrien Bachar el-Assad. Sous la férule de l’ancien leader d’Ahrar el-Cham, Hachem el-Cheikh, les rebelles comptent se battre comme un seul homme pour maintenir leur présence dans la partie nord-est d’Alep.

    « L’union fait la force » : tel est le message que veulent faire passer les rebelles de la zone « libérée » d’Alep. Ils veulent l’adresser d’abord à la population exsangue, privée d’eau, d’électricité et de soins. Dans un second temps, ils comptent sur cette union pour mieux résister face à l’ennemi tricéphale : la Russie, l’Iran et le régime. Mais une nouvelle donne est venue compliquer l’équation : la carte kurde, avec Jaych al-thuwar, ou Forces démocratiques syriennes (FDS, composées de Kurdes du PYD, le parti de l’Union démocratique et d’une petite proportion d’Arabes, soutenues par les Russes et les Américains). Ces FDS sont accusées par les rebelles sunnites d’être, justement, de connivence avec les Russes.

    Pour Abou Louaï, à la tête d’une division de l’Armée syrienne libre, la foi reste intacte et le combat plus que jamais d’actualité. Il explique que ses hommes « ne se sont pas battus durant cinq ans pour abandonner le pays maintenant. C’est vrai que la présence de l’aviation russe, qui dispose d’un armement très sophistiqué, met à mal la résistance, mais nous sommes plus forts car c’est notre terre, et notre combat est juste. La grande trahison vient des Kurdes, qui font à présent le jeu du régime et sont appuyés par Moscou. Notre décision de nous battre ensemble nous encourage à venir à bout de ces ennemis barbares », insiste-t-il.

    Les Russes et le régime serrent de plus en plus l’étau autour de la deuxième ville du pays, qui fut jadis le fleuron de l’industrie syrienne, aujourd’hui réduite à un tas de cendres. La crainte d’un siège à l’image de la Ghouta ou de Madaya a poussé les habitants à stocker des aliments et se terrer chez eux. D’après Abu Louaï, « le pire a été pour l’instant évité, et le siège total n’a pas encore eu lieu. Les combattants de Jaych al-Thuwar ont voulu bloquer le seul accès encore ouvert pour l’approvisionnement de la ville. Mais, avec l’aide de Dieu, nous les avons repoussés ». La route de Castillo, du nom du restaurant éponyme, est stratégique pour acheminer le matériel médical, les denrées et les armes vers la zone nord-est, bastion de la rébellion contre le régime de Damas. Pour l’instant, le Front al-Nosra fait cavalier seul et ne s’est pas joint à l’unité rebelle pourtant hétéroclite, Jaych Halab. Des dissensions d’ordre idéologique séparent les deux entités.

    Comme Homs ?

    Un siège complet de la ville serait catastrophique pour les milliers de familles qui vivent dans la partie nord-est. Pour l’instant, les boutiques sont achalandées et les familles ne semblent pas souffrir d’un manque de nourriture. Le système D fonctionne à plein régime et un couple d’anciens fonctionnaires joints par Skype dit « avoir des réserves pour moins d’une semaine. Les fonctionnaires dans les zones libérées ne touchent plus leur salaire car le régime les considère comme des terroristes. Alors, les voisins ont appris à creuser des puits dans la ville, il y a une grande entraide entre les familles qui ont choisi de rester plutôt que de prendre le chemin de l’exil. Quant à l’électricité, elle est alimentée par des moteurs à mazout et les télécommunications dépendent d’un réseau turc ».

    Abou Louaï est persuadé que les bombardements incessants de l’aviation russe ont pour unique objectif de détruire le moral de la population dans l’espoir d’un soulèvement antirebelle. « Ils pensent qu’ils vont nous avoir à l’usure, mais ce qu’ils ne comprennent pas, c’est que nous sommes encore plus malins qu’eux après cinq ans de guerre. Ils nous bombardent, mais ignorent que la guerre se joue dans la ville, dans les ruelles, dans les sous-sols, mais aussi dans les cœurs. Et ceux qui ont choisi de rester, ce sont les plus ultras, ce sont ceux qui ne se rendront que victorieux ou morts », affirme t-il.

    Cette nouvelle alliance entre rebelles vise à résister face à la multiplication des frappes russes et syriennes sur cette enclave alépine. Sauf que les moyens de la rébellion semblent dérisoires comparés à ceux du régime et de ses alliés. Les rebelles voulaient néanmoins montrer qu’ils peuvent s’unir face à l’adversité, même si cette bataille risque fort de s’achever comme celle de la ville de Homs. Rita Bambous 

    SouriaHouria.com
  • Le Maroc paralysé par une grève générale (Anti K)


    Le Maroc a connu hier un mouvement de grève qui a touché tous les secteurs d’activité, suite à l’appel lancé par quatre influents syndicats, il y a quelques jours.

    D’une durée de 24 heures, ce mouvement a été déclenché en signe de protestation contre le projet de réforme des retraites et la cherté de la vie. Excepté l’Union nationale des travailleurs marocains, syndicat proche du Parti pour la justice et le développement (PJD, islamiste), le mouvement qui préside aux destinées de l’actuel gouvernement, les autres syndicats ont réussi à mobiliser leurs troupes, a rapporté la presse marocaine.

    En effet, l’appel à la grève a été lancé par l’Union marocaine des travailleurs (UMT), l’Union générale des travailleurs du Maroc (UGTM), la Confédération démocratique du travail (CDT) et la Fédération démocratique du travail (FDT).

    Ces quatre syndicats, considérés comme les plus influents, sont opposés au projet de réforme des retraites que l’actuel gouvernement, dominé par les islamistes du PJD, sous la direction du Premier ministre, Abdelilah Benkirane. Ils protestent également contre la cherté de la vie et la hausse incessante des prix des produits de base. Selon les médias marocains, l’appel à la grève nationale générale a été relayé et soutenu par nombre de confédérations syndicales internationales notamment, la puissante confédération allemande des syndicats DGB qui a exprimé sa solidarité avec les centrales syndicales marocaines qui passent à l’action après l’échec du dialogue social entamé depuis plusieurs mois avec le gouvernement.


    Il est reproché à l’Exécutif le non-respect de ses engagements, dans le cadre de ce dialogue, et ses décisions contraires aux intérêts des travailleurs.

    À noter que la grève touche aussi bien les établissements privés que publics, ainsi que les collectivités territoriales et les professions libérales. Les enseignants stagiaires sont partie prenante  de ce mouvement, ainsi que le secteur de la santé à travers le syndicat indépendant des médecins du secteur public.

     25 février 2016

    http://www.liberte-algerie.com/international/le-maroc-paralyse-par-une-greve-generale-242781

    http://www.anti-k.org/2016/02/25/le-maroc-paralyse-par-une-greve-generale/

  • Algérie : défense des libertés et des droits syndicaux (Afriques en Luttes)

    alg.jpg

    Les organisations membres du Réseau syndical international de solidarité et de luttes ont réaffirmé leur soutien au syndicalisme autonome en Algérie, notamment aux militants et militantes de la Confédération Générale Autonome des Travailleurs en Algérie (CGATA). Le pouvoir algérien combat celles et ceux qui luttent pour la défense des droits des travailleurs et travailleuses et pour leur émancipation.

    Encore récemment, le 6 février, la police a encerclé la Maison des syndicats de Bab Ezzouar, puis violemment interpellé et arrêté des syndicalistes ainsi que des militants et militantes des droits de l’Homme.

    Nous dénonçons ces pratiques inacceptables ; comme nous dénonçons le refus de reconnaître les syndicats créés par les travailleurs et les travailleuses, la pratique d’Etat du clonage des syndicats autonomes pour tenter de les discréditer, les licenciements de militants et militantes syndicaux, la répression envers les chômeurs et les chômeuses, etc.

    En Algérie comme ailleurs, nous soutenons le syndicalisme autonome : ce n’est ni à l’Etat, ni aux patrons, de décider comment nous nous organisons. Partout dans le monde, nous luttons pour la liberté syndicale et les droits syndicaux.

    Le dossier de notre numéro 10 de la revue internationale est consacré à l’Algérie : L’Algérie d’aujourd’hui, chronique d’une ignorance savamment entretenue – L’importance des syndicats autonomes dans le combat pour la démocratie – Les luttes du syndicalisme autonome face à la répression incessante – Pétrole et gaz, la malédiction algérienne ? – Chronologie de l’Algérie contemporaine. Et en supplément un panorama du mouvement syndical canadien.

    25 février 2016

    www.solidaires.org/Solidaire...

    http://www.afriquesenlutte.org/afrique-du-nord/algerie/article/algerie-defense-des-libertes-et

  • Nouveautés sur Association France Palestine Solidarité

    Bienvenue au pays où la seule et unique vérité est celle de l’armée

    Yudit Ilany, journaliste israélienne, mardi 23 février 2016
  • France-Libye. La préparation d’une guerre ouverte, avec ses répercussions régionales, par définition, imprévues (Al'Encontre.ch)

    Une vingtaine de «spécialistes» américains, avec des armes dites lourdes, en civil, en Libye (Mail Online du 18 décembre 2015)

    Une vingtaine de «spécialistes» américains, avec des armes dites lourdes, en civil, en Libye (Mail Online du 18 décembre 2015)

    Par Nathalie Guibert

    Des frappes ponctuelles très ciblées, préparées par des actions discrètes voire secrètes: en Libye, telle est la ligne de conduite de la France face à la menace de l’organisation Etat islamique (EI). Un haut responsable de la défense française confirme au Monde que «la dernière chose à faire serait d’intervenir en Libye. Il faut éviter tout engagement militaire ouvert, il faut agir discrètement.»

    Dans ce pays [1] où la France scrute depuis des mois la menace de l’EI, l’objectif n’est pas de gagner une guerre mais de frapper l’encadrement du groupe terroriste, dans l’idée de freiner sa montée en puissance. Une action menée de concert par Washington, Londres et Paris, comme l’a de nouveau illustré le raid américain du 19 février contre un cadre tunisien de l’EI à Sabratha [2].

    Moyens d’«ouverture de théâtre»

    La ligne fixée par le président François Hollande repose pour l’heure sur des actions militaires non officielles. Elles s’appuient sur des forces spéciales – leur présence, dont Le Monde a eu connaissance, a été repérée dans l’est de la Libye depuis mi-février par des blogueurs spécialisés. Ce n’est pas tout. Plusieurs sources ont indiqué au Monde que la lutte contre les terroristes pouvait couvrir des opérations clandestines, menées par le service action de la Direction générale de la sécurité extérieure (DGSE). Les premières engagent la France car leurs soldats, même très discrets, agissent sous l’uniforme. Les secondes sont aussi assurées par des militaires, mais restent invisibles.

    Forces spéciales et clandestines sont considérées dans la doctrine militaire comme des «précurseurs», des outils classiques en l’absence de cadre disponible pour une guerre ouverte. Ces moyens, dits «d’ouverture de théâtre», ne préjugent toutefois pas d’une future opération en bonne et due forme.

    Une intervention internationale, dont l’idée est agitée depuis des mois, bute en tout premier lieu sur le rejet des autorités libyennes : elles tolèrent des actions ciblées mais refusent une coalition étrangère sur leur sol. Les principaux acteurs occidentaux qui pourraient constituer une telle force – France, Etats-Unis, ou Italie – n’ont que très peu d’appétit après l’aventure de 2011 qui a tué Mouammar Kadhafi et semé le chaos dans la région, surtout en l’absence d’un mandat de l’ONU. En exerçant une pression nouvelle sur l’EI, l’on risque, en outre, de déplacer le problème vers la fragile Tunisie ou de rapprocher encore la menace du sud de l’Europe. Avec son implantation libyenne, «pour la première fois, l’EI dispose d’une côte», souligne l’état-major de la marine française, qui dévoile: «Nous nous préparons sur des scénarios durs en mer.»

    Eliminations ciblées

    Le 19 février à Sabratha, le Tunisien Nourredine Chouchane a été tué parmi une cinquantaine d’autres personnes par l’US Air Force, une mort non confirmée par la Tunisie. «Nous avons décidé de frapper après avoir déterminé que Chouchane et les autres combattants [dans ce camp] préparaient des attaques extérieures contre des intérêts américains et occidentaux dans la région», a justifié un porte-parole du département américain de la défense.

    Ces raids d’éliminations ciblées sont l’objet d’une coopération étroite entre les services américains, britanniques et français. Ainsi, c’est la troisième fois, depuis juin 2015, que des F15 américains sont partis de la base anglaise de Lakenheath pour frapper les groupes djihadistes dans ce pays.

    Considéré comme le plus haut responsable de l’EI en Libye, l’Irakien Abou Nabil avait, lui, été tué à Derna, en novembre 2015, par un bombardement similaire. Selon les informations du Monde, cette frappe a été initiée par Paris : «L’élimination d’Abou Nabil s’est faite grâce à un renseignement français», assure une source proche.

    Avant lui, en juin 2015, près d’Ajdabiya, c’est le chef du groupe Al-Mourabitoune, Mokhtar Belmokhtar, qui avait été visé par les F-15 américains – mais sa mort, démentie par les groupes djihadistes, n’a jamais été confirmée par le Pentagone.

    Les observateurs extérieurs ne doutent pas que le service action de la DGSE soit très mobilisé, en Libye comme en Syrie. La situation a radicalement évolué par rapport à 2014, quand trois sénateurs proposaient dans un rapport de verser les unités militaires du service clandestin de la DGSE (un groupe aérien et deux centres d’entraînement) dans la corbeille du Commandement des opérations spéciales (COS) des armées. Leur suggestion, illustrant alors d’âpres bagarres de périmètre, n’a pas débouché. «Nos conclusions de 2014 ne sont plus pertinentes, le contexte a changé», confirme l’un des co-auteurs, Jacques Gautier (Les Républicains – LR). «Dans les années 2010-2012, le service était moins sollicité, mais aujourd’hui, la nécessité de renforts devient d’actualité pour la DGSE comme pour le COS.»

    Clandestinité renforcée

    Du point de vue de l’usage des moyens clandestins, une différence d’approche démarque ainsi l’actuel chef de l’Etat de son prédécesseur : selon les spécialistes, Nicolas Sarkozy défendait les opérations ouvertes, convaincu que «tout finit par se savoir». Aujourd’hui, la DGSE est engagée dans un renforcement de la clandestinité. Les effectifs et la formation du service action ont été étoffés. Il compte un millier d’agents. «C’est un instrument de souveraineté dans les mains du président, qui augmente sa marge de manœuvre, argumente un expert du secteur. Dans un monde de plus en plus transparent, il faut que l’Etat puisse faire des choses qui ne se sachent pas, non revendiquées.» La France agissant dans des coalitions, il y aurait aussi des circonstances où elle a besoin d’agir à titre purement national sans que ses partenaires ne l’apprennent.

    Membre d'un commando français en Libye (MEMO - Middle East Monitor, 23 février 2016)

    Membre d’un commando français en Libye (MEMO – Middle East Monitor, 23 février 2016)

    Les orientations du combat militaire contre l’EI s’inscrivent dans le cadre d’une réforme plus large de la DGSE. Son patron, le diplomate Bernard Bajolet, 67 ans en mai, que M. Hollande a prolongé à son poste jusqu’en 2017 au-delà de la limite d’âge, espère mettre en œuvre un «plan stratégique» à l’horizon 2025. La réforme comprend une forte augmentation des effectifs (850 recrutements d’ici à 2019 pour atteindre 7000 agents), des partenariats avec les Européens, un renforcement du renseignement humain pour suivre l’explosion du renseignement technique acquis par les services secrets ces dernières années.

    Face à l’EI, tous les moyens sont employés, et la France est également présente dans le ciel libyen avec des outils conventionnels sur lesquels le ministère de la défense ne communique pas. Engagées depuis la mi-novembre 2015 par des avions de chasse et de reconnaissance, les opérations d’ISR (Intelligence, surveillance, reconnaissance) se poursuivent. Des sources militaires évoquent la nécessité de «préparer l’avenir» pour d’éventuelles actions plus larges, même si cet horizon reste peu clair. Pour l’heure, il s’agit de garantir au président la politique du «hit and run» («frappe et fuis»): disposer d’un renseignement complet à jour, afin de pouvoir frapper dès que se présente l’opportunité de «neutraliser» un cadre connu de l’EI ou de casser un projet d’attentat menaçant la France.

    Parmi les 3000 à 5000 combattants de l’EI en Libye, le nombre des Français ne représenterait qu’ «une poignée», certains faisant partie des quelques dizaines de cadres envoyés d’Irak par Abou Bakr Al-Baghdadi, le chef de l’EI, pour structurer ses forces en Libye. Mais l’on compterait aussi un nombre indéterminé de binationaux parmi les Tunisiens déjà enrôlés en Libye.

    Publié par Alencontre le 24 - février - 2016

    (Article publié dans Le Monde en date du 24 février 2016)

    [1] Voir, entre autres, l’entretien avec Valérie Collombier reproduit sur ce site en date du 22 février 2016. Et l’article de Patrick Haimzadeh en date du 8 février 2016.

    [2] Voir à ce sujet BBC World. «Islamic State camp in Libya attacked by US planes», 19 février 2016.

    http://alencontre.org/libye-la-preparation-dune-guerre-ouverte-avec-ses-repercussions-regionales

  • Souria Houria

    Question_Petroliere_Web_SiteSH.jpg

  • Jean-Pierre Filiu depuis le Caire : Ceux qui ne connaissent rien à l’islam feraient mieux de ne pas en parler – propos recueilli par Heba Zaghloul (Al Ahram)

    Jean-Pierre Filiu

    Invité cette année du Salon du livre du Caire, Jean-Pierre Filiu, historien spécialiste du Moyen-Orient et de l’islam contemporain, a souligné la nécessité pour le monde arabe et l’Occident de « travailler sur leur histoire commune » pour faire face aux défis. Il explique ici sa vision.

    Al-Ahram Hebdo : Dans votre dernier livre, Les Arabes, leur destin et le nôtre, vous parlez d’une histoire partagée entre le monde arabe et l’Occident. Vous mon­trez également que ce dernier a une grande part de responsabilité dans ce qui se passe aujourd’hui au Moyen-Orient. Cette perspec­tive est-elle acceptée en France ?

    Jean-Pierre Filiu : Ce livre a connu un succès tout à fait inattendu après les attentats du 13 novembre. C’est l’un des deux livres — l’autre est le Piège Daech de Pierre-Jean Luisard — que les gens ont le plus achetés après la tragédie. Cela veut dire que ces gens ont souhaité com­prendre et n’ont pas voulu accepter ces explications instantanées, super­ficielles et caricaturales qu’on nous sert trop souvent. Ma démarche n’est pas évidente. Elle oblige à revenir en arrière, sur des parties de notre histoire française qui ne sont pas les plus glorieuses. Mais en tant qu’his­torien, mon devoir n’est pas de faire le tri entre le positif et le négatif.

    Cette histoire partagée est aujourd’hui au coeur de notre devenir. Ce livre a été écrit après les attentats de janvier 2015, et je disais déjà que les assassins de la liberté sont les mêmes en France et en Tunisie. Trop souvent, on a l’impression que le djihadisme ne vise que les Occidentaux, alors qu’il vise beaucoup plus les Arabes en proportion. Il faut aussi dire que les attaques contre Charlie Hebdo étaient liées au Bardo (attaques  contre le musée du Bardo à Tunis). De même qu’après le Bataclan (les attentats du 13 novembre), on a eu l’attaque contre la sécurité présiden­tielle à Tunis. Il y a toujours des liens entre ce djihadisme là-bas et le djihadisme ici, et le « ici » et le « là-bas » par définition sont inter­changeables. Ce défi qui inquiète est partagé, parce que les réponses à lui apporter peuvent être communes. Plutôt que de demander à ce qu’on fasse un choix entre les identités, les nationalités, je dis qu’au contraire, il faut assumer tout en même temps. Parce que c’est par cette richesse qu’on arrivera à progresser.

    Votre discours est tout à fait différent de celui qui est adopté par un certain nombre d’intellectuels français, qui affirment que le problème viendrait non pas des musulmans, mais de la religion musulmane. Un discours considéré comme islamophobe par de nom­breux musulmans …

    Le problème avec les grandes tragédies comme celle que la France a vécue c’est que de nombreux intellectuels se sont exprimés à tort et à travers. Il y a des gens qui ne connaissent rien à l’islam et qui feraient mieux ne pas en parler. Mais comme on leur tend le micro, justement à la faveur de ces tragédies, alors ils s’expriment. Et généra­lement, ce qu’ils disent n’est pas exprimé en tant qu’intellectuels dans leurs disciplines, mais en tant que citoyens qui commentent. Ils n’ont donc pas de légitimité à faire cela. Cela alimente les clichés, les démagogies, les amalgames et les stéréotypes.

    Loin de la théorie du choc des civilisations, vous parlez plutôt de problèmes communs, et donc d’une stratégie commune …

    Au-delà de la stratégie commune, je pense qu’en France, l’intégration est derrière nous. Le fait musulman est devenu incontournable dans nos sociétés. C’est une réalité. Et pour mieux l’appré­cier, la gérer, c’est très important d’être fier de son histoire, d’une histoire commune. L’histoire euro­péenne a été épouvantable. Ce qui s’est passé entre la France et l’Allemagne était inimaginable de violence et d’horreur. Et maintenant, nous sommes pourtant les piliers de l’Europe grâce à un travail d’histoire commune. Entre la France et les Arabes, il faut au moins assumer cette part d’ombre et de lumière qui est partagée.

    Vous dites que l’Histoire se répète et que ce sont les mêmes erreurs qui reviennent, à savoir qu’on considère les Arabes uniquement comme des musulmans, et que l’on ne parle que des minorités du Moyen-Orient au lieu de promouvoir les droits de toute la communauté. Pouvez-vous nous expliquer ?

    Ces erreurs remontent au XIXe siècle, car trop souvent en France, on dit qu’elles viennent de la guerre d’Algérie, mais c’est bien antérieur à cela. C’est aussi le malentendu entre la IIIe République et l’islam. Le fait est que la laïcité à la française s’est faite avec l’Eglise catholique qui, elle-même, avait déjà réglé ses problèmes avec les juifs et les protestants, mais l’islam est absent de ce processus. Il y a aussi une obsession des mino­rités — en clair les chrétiens d’Orient — chez certains groupes de la droite conservatrice qui ne prennent donc pas en compte le destin des Arabes, qu’ils soient chrétiens ou musulmans. Plutôt que de dire que l’Histoire se répète, je dirais qu’il y a des discours qui sont tellement ancrés dans la mémoire collective qu’on ne se rend pas compte qu’ils sont le produit de l’Histoire.

    Selon vous, il faudrait déconstruire le dis­cours de Daech et se concentrer sur les actions de ce groupe ?

    Je travaille sur le djihadisme depuis 30 ans et je pense que ce sont des gens qui ne sont absolu­ment pas intéressants. Leurs litté­ratures et propagandes sont per­verses. En travaillant sur leurs textes ou vidéos, non seulement on leur fait beaucoup d’honneur, mais on leur accorde de l’intérêt. Donc, il faut plutôt s’interroger sur leurs pratiques. On se rend compte que ce sont des Baassistes repeints en vert. Il y a le parti, le moukhabarat, le flicage, la cor­ruption, les viols. Autrement dit, des Baassistes iraqiens dans leur forme la plus totalitaire. La même structure du Baas de Saddam, mais avec d’autres noms. je pré­fère m’interroger sur ces pratiques qui sont épouvantables, surtout pour les Arabes sunnites. Il faut aller voir comment ces derniers sont traités à Raqaa et à Mossoul (villes syrienne et iraqienne sous le contrôle de Daech).

    Cette situation n’est-elle pas le résul­tat direct de l’invasion américaine de l’Iraq en 2003 ?

    Bien sûr, l’invasion de 2003 donne aux djihadistes du Moyen-Orient ce qu’ils appel­lent Al-Ghazwa Al-Mobaraka (l’invasion bénie). Il y a l’ennemi proche et l’ennemi lointain. Là il y a eu l’ennemi lointain venu se mettre à proximité. Le facteur aggravant : La dissolution de l’armée du parti par Paul Bremer, qui met des milliers d’officiers baassistes au chômage et les amène à rejoindre les groupes djihadistes.

    Et cette responsabilité américaine a-t-elle aussi engendré la guerre sunnite-chiite ?

    J’ai connu un monde arabe où l’on ne savait pas qui était sunnite et qui était chiite. En Iraq, au Liban, en Syrie … ou ailleurs. En Iraq, trois ans d’occupation américaine sauvage, d’attentats dji­hadistes presque quotidiens, ont suffi pour arriver à déclencher une guerre entre sunnites et chiites.

    Cela était-il volontaire ?

    Je pense que les Américains, comme tout le monde, sont incapables d’apprendre des erreurs des autres. Les Américains ont mené en 2003 une expédition coloniale qui était complètement hors du temps et en reproduisant les pires erreurs des Français au Liban et des Britanniques en Iraq. Ils ont construit un système communautaire avec trois composantes c’est tout, dans un pays où, pourtant, il y a des Turkmènes, des Assyriens, des Yezedis … Et à l’intérieur de ce système, ils ont donné le pouvoir aux milices. Donc ils ont créé, sous couvert de démocratie, et en faisant voter tous les six mois, le système le plus oppressif qui soit, un système tribalo-milicien.

    Malgré cela, voyez-vous tout de même une lueur d’espoir ?

    Bien sûr, en Iraq par exemple, vous avez un mouvement constitutionnel trans-confessionnel qui dénonce la corruption de toute la classe poli­tique. Evidemment, il n’a pas les armes, mais il invalide les directions des différentes parties qui ne parlent que de confessions. Le mouvement au Liban « Tu pues » se pose aussi très clairement contre les notables confessionnels et affiche des revendications citoyennes.

     
    Publié sur Souria Houria le 24 février 2016